Dormir con una prótesis dental, ya sea ésta flexible o no, no se recomienda nunca por dos razones.
Primero, porque puede causar incomodidad y dolor debido a la presión constante sobre las encías.
En segundo lugar, dormir con una prótesis también limita la circulación de saliva, lo que aumenta el riesgo de sequedad bucal y caries.
Además, las prótesis pueden albergar bacterias y hongos, y la falta de ventilación durante la noche favorece su proliferación.
Permitir que la boca descanse sin la prótesis durante la noche es esencial para mantener una salud bucal óptima.